¿Quién
no conoce al pequeño elefante de orejas grandes? ¿Quién en el colegio no tenía
unas orejas desproporcionadas y se le ha conocido como Dumbo? Es más ¿Quién no
le ha movido las orejas a este para ver si echaba a volar? Sí, los niños somos
crueles y parece que antes de hacer esto ni nos dignamos a ver la película
porque, de hecho, de eso trata la cinta: de lo crueles que podemos ser ante
gente o animales que nacen con un “defecto” por así decirlo.
En
esta película no veréis parir a los animales, nos cuentan la misma historia que
nos contaban nuestros padres cuando éramos pequeños, la cigüeña nos trae al
mundo y nos reparte a la mejor familia.
Estas
aves llevan a todos sus respectivos cachorros excepto a una elefante llamada
Jumbo (leído Yumbo) quien espera su bebé pero no llega. Pero tranquilos, que la cigüeña la
encuentra camino a otro lugar y le hace entrega de él. Cuando abren el paño
donde está envuelto ven a un elefante dulce y bello… hasta que estornuda y deja
ver sus grandes orejas donde las demás elefantes empiezan a decir que es un
monstruo y le rechazan por ser tal.
Los
niños que van al circo también le tratan mal, propiciando así el cabreo de
Jumbo y provocando su posterior encarcelación para que se controle.
Dumbo
se pone triste al ver que no es aceptado entre las compañeras de su madre, ahí
es cuando conoce a un ratoncito que le ayudará a ver a su madre y a lograr algo
grandioso.
Este
coacciona de alguna forma al dueño del circo mientras duerme diciéndole al oído
que la gran estrella del próximo espectáculo debe ser Dumbo.
Nuestro
pequeño protagonista debe saltar sobre un trampolín y llegar hasta lo alto de
una pirámide de elefantes pero sus orejas son tan grandes que mientras corre,
se las pisa y da en la pelota sobre la que esta la primera elefante provocando
un gran accidente.
Este
se siente fatal, así que el ratón le lleva hasta su madre y tras un par de
caricias termina bebiendo un agua que lleva alcohol pues una botella se cae en
ese bidón por accidente. Tanto el ratón como el pequeño Dumbo empiezan a ver
cosas extrañas, quizás la parte de la película más rara.
Al
día siguiente ambos se encuentran sobre una rama de un árbol y el ratón empieza
a pensar como han llegado hasta allí: volando, gracias a las orejas de Dumbo
que al ser tan grandes tienen la capacidad de planear y así es como el pequeño
Dumbo llega a la fama.
Película
corta y que se te hace amena, además tiene una moraleja: da igual cuantos
desperfectos tengas, si quieres puedes llegar a ser y a hacer cualquier cosa.
Mi nota: 7
Espero
os haya gustado y… ¡Es un pájaro! ¡Es un avión! No… ¡Es Dumbo!
Próxima reseña... El Jorobado De Notre Dame
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