No, no me pasa nada extraño, es que la semana pasada a Liv le tocó meterse en la mente de una chica ultrapositiva. Sí, digo ultrapositiva, pues sobrepasa lo que viene a ser el positivismo.
Ojo, porque esta entrada tiene algún pequeño spoiler, no digais que no os he avisado. De todas formas podeis quejaros ¡todo es maravilloso! ¿no creeis?
El caso. Una mujer trabaja en una de las mejores cafeterías de Seattle, Ravi va allí a tomar café todos los días. Esa mujer sale a la calle para ver lo que han pintado sobre la fachada de su café y entonces le cae un aire acondicionado encima. Ravi lo ve (el hombre últimamente está metido en todos los fregados) y se ponen a investigar. En un principio parece que la asesina es una ex-convicta a quien esta mujer la dio la oportunidad, pero su verdadera asesina es otra. Ojo porque esta puede dar por culo en alguna ocasión: es su hija quien no soportaba el positivismo de su madre y mandó a su novio, ciego de amor por ella, a que la asesinara. Pero claro, él decide declarar que solo él es el asesino.
Descubierta. Major va a visitar a Liv para decirle un par de cosas (no malas, tranquilos) y allí se encuentra con que la compañera de piso de Liv es la pelirroja (¿será posible que no me acuerde de su maldito nombre). Al irse ella a la ducha y decir Major su verdadero nombre, Liv se da cuenta de que es la mujer que mandó la foto picante a su ex-novio y la ordena que se vaya de allí, que no quiere verla jamás.
Mi nota: 10 (¡Todo es positivo!)
Espero os haya gustado y.... ¡dejad los porros en su sitio!
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